El fuego no cesa y las políticas no llegan

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Por Zoe Tojo
Fotografía: Carlos Salazar (@homerofotos) y Milagro Gonzalez Schutz (@milischutz)

El humo y el temor siguen avanzando sobre los humedales de Argentina y una vez más el debate por una Ley para su protección, sigue postergándose.

Hoy, con tristeza, volvemos a hablar de humedales. Nuevamente el fuego avanza sobre las Islas del Delta del Paraná, lo que nos hace volver a tomar aire para arremeter contra las estructuras políticas, en conjunto con las asambleas y organizaciones ambientales, quienes vienen con esta lucha desde hace mucho tiempo.. En los últimos 10 años fuimos testigos de dos historias paralelas, que caminan a la par pero que rara vez se entrecruzan. Estamos hablando de la historia del humedal y la del imponente Congreso de la Nación.

La historia del humedal ha tenido varias caras en la última década. El suelo que se destruye, las especies que huyen de su ecosistema degradado y en desaparición para invadir las urbes, los barrios inundados mirando cómo sus vecinos disfrutan de un mega emprendimiento inmobiliario con vista al lago, y sin lugar a dudas, el humo que lo cubre todo. Humo en el Delta en el 2008, humo también en el 2020 y el 2021. Humo y 1 millón de hectáreas arrasadas en Corrientes. Humo en Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba, que cubre los edificios de las ciudades más importantes del país y recién entonces resuena en los medios de comunicación. Aire contaminado, problemas respiratorios, cortes de autopistas por la nula visibilidad y lo que alguna vez fue un ecosistema vital y productivo, en el mejor sentido de la palabra, reducido a cenizas.

El último capítulo de esta historia transcurre otra vez en el Delta del Paraná y vuelve a poner de manifiesto los orígenes de ese humo, siendo el modelo agrícola de nuestro país, el triste protagonista. Un modelo que no alimenta a su población, que no tiene ningún principio rector más que la perfección de su propia renta. No está de más recordar e investigar quienes son los dueños de los campos que se están quemando. Es imposible asignar una responsabilidad concreta sobre la persona que prende el primer foco pero sabemos que son siempre los mismos campos los que se incendian. La quema de pastizales es una práctica tradicional para renovar las pasturas y permitir así que se pueda criar ganado en nuevas zonas, pero deberíamos responsabilizar a quienes realizan estas prácticas por la inconsciencia que cargan sobre las consecuencias que pueden tener los focos, principalmente cuando se descontrolan. Los cursos de agua y arroyos que nutrían al humedal, ya no están; esto es debido a la sequía histórica que sufre el río Paraná, lo que deja combustible a la espera de una mínima chispa para generar una catástrofe.

Carlos Salazar (@homerofotos)

Hablamos con Verónica Carrizo, militante socio ambiental en Alerta Roja Rosario, y nos contó de primera mano lo que se vivió en esa ciudad el último mes. “La impunidad está totalmente garantizada, no es desidia o incapacidad de quienes nos gobiernan. Tanto Perotti, Bordet, Javkin, Cabandie y Alberto Fernandez tienen acuerdos políticos y económicos que logran que a esta altura hayamos perdido más de 800.000 hectáreas de humedal mientras se sigue boicoteando la ley”, sentencia. Este modelo no funciona y trae consigo costos ambientales y sociales de los que nunca jamás se hizo cargo ningún propietario. Todo se prende fuego menos su impunidad.

Si nos trasladamos del humedal a la Ciudad de Buenos Aires, la historia de los pasillos del congreso es muy distinta. La política tuvo siempre un manejo del tiempo muy peculiar, pero en el caso de la ley de humedales pasa a ser absurdo.
Diez años de proyecto tras proyecto cajoneado, mientras pasaba todo lo que relatamos previamente. Nunca deja de llamar la atención que solo 2 veces algún proyecto de Ley de Humedales se votó en el recinto, en 2013 y 2016. Evidentemente, hay legisladores que no quieren poner de manifiesto los intereses que representan de cara a la sociedad, y así los manejos del lobby quedan ocultos bajo una cortina de humo. Pensar que con una Ley de Humedales dejarán de haber incendios es ingenuo, pero nos daría herramientas para hacer un control efectivo de la actividad económica, para establecer criterios de uso sostenible, para conocer y clasificar nuestros humedales y para establecer fondos para situaciones de emergencia. ¿Quién podría estar en contra de todo eso?

En este contexto de desconexión total entre la realidad y la no respuesta del Estado, es donde entra en juego el activismo y la presión de la sociedad civil. Nuestro rol es hacer colisionar las dos historias, que lxs representantes del pueblo de las provincias actúen de acuerdo a los intereses del pueblo de las provincias que hoy no puede respirar. Involucrarse y presionar por la ley es fundamental.

“Hace años que venimos peleando por la ley de humedales y ahora, gracias a la lucha, hay una apertura el jueves de plenario de comisiones”, nos cuenta Vero, en referencia a la Acción Plurinacional por los Humedales del último fin de semana que logró un avance importantísimo en el expediente legislativo. Más de 10.000 personas coparon el puente Rosario – Victoria, y otras tantas participaron de la vigilia y la asamblea.

Carlos Salazar (@homerofotos)

Este jueves 22 de septiembre a las 10hs se va a desarrollar el plenario de comisiones y quizás tengamos buenas noticias, pero aún el camino sigue siendo muy largo y va a ser necesaria la participación de todxs para conquistar esta Ley y estar un paso más cerca del país justo, soberano y sostenible que deseamos.

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