Catnapp sobre su próximo disco: “Sentía la necesidad de hacer algo más iluminado”

CATNAPP_EN_ARTLAB_006

Por Emilia Ruiz de Olano

Hablamos con la artista establecida en Berlín sobre la intimidad de sus procesos creativos y cómo serán sus próximos proyectos

¿Qué es lo que se esconde detrás de la oscuridad de Catnapp? ¿Alcanza la etiqueta de disruptiva para describirla? Catnapp es el alter ego de la artista argentina Amparo Battaglia. Asentada en Berlín desde el 2014, su sonido combina R&B, pap, breakbeat, pop, drum & bass y otros estilos creando una intensa y nostálgica atmósfera con beats pesados. Su música varía desde el más simple beat en 4/4 hasta llegar a percusiones rotas experimentales con pads y sintetizadores etéreos, lo que la hace resistente a los encasillamientos. 

Habiendo editado ya seis Eps, cuatro LPs, dos álbumes de remixes y tres simples, se ha presentado en múltiples escenarios del mundo como Berghain, Boiler Room y festivales como el Fusion, Melt, Lollapalooza, Sonar, Latitude por nombrar algunos. Su participación en la serie Poco ortodoxa (2020), dirigida por María Schrader, es un hecho que sin dudas le dio popularidad e impulso a su carrera. 

Beba, en alianza exclusiva con Ruidosa, tuvo la oportunidad de conversar con ella a los pocos días de su paso por Artlab Studio, en donde registró una performance audiovisual inmersiva titulada DAMAGE Experience, trabajo comisionado por Pop-Kultur 2020. La relación que mantiene con el inglés y el español, el balance entre dejar ser a la creatividad y poder cumplir objetivos, el machismo y los avances en cuanto diversidad en la industria musical, el dinero y el impacto de la pandemia en sus emociones, fueron solo algunos de los temas que se tocaron en esta charla totalmente íntima. 

Dedicarte de manera full time a la música, hacerla tu profesión, fue algo a lo que te costó mucho tiempo llegar. Antes era más un hobbie, algo que hacías cuando te quedaba un poco de tiempo libre al final del día, después de laburar 9 horas de otra cosa que te permitiera pagar las cuentas. ¿Cómo vivís el balance entre dejar ser a la creatividad y, al mismo tiempo, cumplir objetivos? 

Sí, hace ya cinco años que estoy dedicada de manera full time a la música y es un flash ese cambio. Porque es muy distinto pasar de trabajar 9 horas en una oficina toda mi vida, llegar a casa y hacer “una descarga”, es decir, vivir la música como algo que me gusta y hago porque quiero, y no importa si mañana no lo hago porque nadie me obliga a hacerlo, a que de repente se concrete el sueño de poder dedicarme a esto y nada más. Toda esa transición hasta que finalmente dije “ok, dejo cualquier otro tipo de trabajo con un jefe”, cambió todo. Ahora de repente me despierto y tengo una listita tipo “hacer tal tema”, “terminar este otro”, y ya pasa a ser una obligación. Y yo creo que todo lo que pasa a ser una obligación termina siendo algo que te molesta un poco hacer, que ya no es algo que hacés porque querés sino porque tenés que hacerlo, por más que sea lo que te gusta. Es re raro y todavía sigo buscando el balance, cómo hacer para manejarlo y disfrutarlo mejor. Desde que llegué a Argentina, y desde que terminé de hacer el nuevo disco que estaba haciendo, no hice nada más de música porque es realmente agotador y llega un punto en el que se te drena la creatividad. 

¿Sos de fijarte metas? ¿O vas viendo qué proyectos surgen?

Tengo metas establecidas, pero también me gusta ser espontánea y si me mandan una canción que me gusta, hacerla. Extraño mucho agarrar, hacer una canción, subirla a Soundcloud y listo. Pero también tener el apoyo de una plataforma, de un sello detrás, ayuda un montón. Yo ahora trabajo con un sello que se llama Monkeytown y ellos me ayudan un montón en la organización de los lanzamientos y en todo lo que es prensa. Pero en lo creativo estoy yo sola y a veces me pinta la rebeldía, onda la libertad de querer hacer lo que tengo ganas y ya. Creo que es la frescura lo que extraño, pero toda esta estructura igual ayuda mucho y vale la pena. 

Según una investigación realizada por Ruidosa, hay 1 productora mujer por cada 49 productores hombres. ¿Qué pensás sobre esto? ¿Creés que es posible construir una industria musical más diversa y equitativa? ¿Cuál fue tu experiencia alrededor de esto en Argentina y cómo lo vivís en Alemania?

Personalmente nunca tuve una mala experiencia ni sentí que tuviera que hacer algo extra por ser mujer, ni acá ni allá. Quizás me tocó trabajar con gente piola, pero también siento que hoy en día como el feminismo “está de moda”, las compañías se están cuidando en todo lo que tiene que ver con el balance entre géneros. Hoy no solamente se está teniendo en cuenta el hecho de incluir a mujeres, sino a todo tipo de identidades. Algunos lo hacen porque les conviene, otros porque les importa. Se ve mucho, por lo menos allá en Alemania, este tema de la conveniencia no solo por parte de la persona que contrata, sino por parte del artista también. Gente que realmente no se percibe de una manera, sino que se planta en un personaje que pueda resultar más atractivo… Hay de todo, la verdad. 

Si bien se generaron un montón de avances y se están dejando atrás muchísimas estructuras que no dejaban crecer tanto a las artistas mujeres como a las disidencias, también hay como un poco de miedo a cagarla, ¿no?

Totalmente. Justo ayer hablaba con una amiga esto de que amigos nuestros quizás no quieren decir tal cosa, pero se les escapa porque están en confianza, y como están en confianza es como si no importara. Y en realidad importa un montón. Porque si bien son nuestros amigos y no los queremos cancelar porque sabemos que son buenas personas, hay que ponerles un freno igual, decirles: “Ey, esto no da, esto no se dice ni en chiste”.  Yo la verdad que estoy harta de estas situaciones y de tener que ir atrás explicándoles como si fueran bebés por qué está mal decir tal o tal cosa. Esto lo sigo sintiendo mucho acá en Buenos Aires, allá en Alemania por suerte ya no tanto. 

Perder las palabras es algo que le ocurre a cualquier persona que viva en una comunidad de hablantes de otra lengua. Refugiarse en la lengua natal, en la nostalgia, es una de las reacciones más comunes ante la dislocación cotidiana de vivir en otro lenguaje. Es una manera de aferrarse a eso que fuimos. Sin embargo, aunque hayas nacido y crecido en Buenos Aires, casi todas tus canciones son en inglés. Como si la lengua que te tocó no tuviera nada que ver con quién sos. ¿Cómo vivís todo esto? ¿En tu intimidad producís algo en español? 

Este ángulo que planteás me resulta muy interesante y durante todos estos años di respuestas muy diferentes a una pregunta muy similar que tenía que ver con por qué cantaba en inglés. Al principio decía que era porque me gustaba más cómo sonaba, o que en mi casa siempre se escuchó más música en inglés entonces a mi me salía hacerla así. Capaz de más chica hacía un par de cosas en castellano, pero se me fueron las ganas y seguí escribiendo en inglés. Hoy en día llegué a la conclusión de que me pasa algo con el español, y es que toca algo muy íntimo y real mío, que no sé si me animo a compartir. 

Es como si al salirte de tu propio idioma pudieras simplificar algunas cuestiones a las que quizás no quisieras ponerle tanta complejidad… 

Puede ser, cuando canto en inglés algunas cosas pasan por un filtro y dejan de ser tan fuertes. Todo se transforma en una especie de ficción en la que me despego de mi misma y paso a ser un personaje que puede decir cosas que quizás en castellano no me animo. 

¿Te gusta ser un personaje?

Ese personaje soy yo también, sólo que él se anima a decir cosas que en castellano no. 

¿Te sentiste juzgada por la gente de Argentina al elegir cantar en inglés?

Sí, al principio sí, un montón. Recibía muchos comentarios como que me quería hacer la yankee y me sentía super juzgada, cuando yo lo único que quería era divertirme y hacer canciones. Cantar en español y que suene bien a mí personalmente por una cuestión de sonido ya me cuesta un montón. No matcheo con eso. Y por otro lado es verdad que al estar viviendo en otro país me olvido de ciertas expresiones, hay cosas que ya no sé cómo se dicen en castellano y las digo en inglés. Yo antes cuando veía a gente a la que le pasaba esto pensaba “¿qué se hace? ¿quién se cree?”, pero es real, te pasa y no podés parar de pensar en lo que van a decir, en que te van a tratar como si fueras una forra. Por suerte ahora ya hay varios artistas jugando con el inglés en sus canciones y aflojó bastante este cuestionamiento en el arte.

¿Qué pensás cuando dicen que sos una artista disruptiva?

No sé si soy disruptiva, pero sí que estoy ocupando un espacio de una manera diferente y tampoco es algo que haga a propósito, fue así toda mi vida. La música que hice nunca terminó de encajar en un solo género, era o tocar en un boliche o tocar en un teatro. Siento que ocupo ese lugar y por un lado me gusta, porque me gusta ser diferente, y por otro lado es muy difícil porque no termina como de explotar en ningún lado. Pero tampoco es lo que busco, así que lo disfruto mucho porque sé que es sincero y que es genuino. No es algo que esté tratando de encajar en ningún lugar y eso es algo que atesoro de la música que hago. Y si de verdad le llega a alguien, genial, porque es real. Es como un pequeño nicho para personas a las que quizás no les llegan otras cosas que se escuchan y de repente encuentran esto, que es raro, y se sienten identificados. 

¿Cuál es la clave para desarrollar un estilo propio?

Ser auténtica. 

Hay mucha potencia en tu oscuridad, pero en tus shows nunca terminás de bajar a ese lugar, de repente todo explota y tu música se va para un lugar más de agite, de joda. ¿Sentís esa disputa entre ser una Catnapp que la agita y una Catnapp más profunda? 

Sí. El disco anterior que fue el que presenté antes de ayer fue como un trip muy dark. Me habían pasado muchas cosas feas y fue un disco que hice como una catarsis. La idea era esa: que sea super dark. Encima lo trabajé con un equipo que estaba en la misma y bueno, nadie prendió ni una velita que diera un poco de luz. Pero también me gusta mucho agitarla y el disco nuevo que voy a sacar en mayo, que se llama Trust, es bastante más agitador y cute a la vez. Tiene algún que otro momento dark, pero vamos más por este otro lado. Es como la vida misma… Son momentos. 

No podemos hacer como si nada de lo que vivimos en estos últimos dos años hubiera pasado, fue un contexto que expuso todos estos sentimientos… 

Y también de tanto de eso, yo personalmente ya sentía la necesidad de hacer algo más iluminado, algo más arriba. Cortar con esa oscuridad y listo, vamos para adelante y a ponerle buena onda. 

¿Qué podemos esperar este año de Catnapp?

Voy a sacar un nuevo disco que, como te dije, es mucho más arriba y menos dark. Para mi es super especial porque creo que nunca hice algo a lo que le haya prestado tanta dedicación creativa como a esto. Quise preparar algo que se pueda escuchar con dedicación, porque estoy cansada de esto que generaron las plataformas de música online que tiene que ver con lo efímero, con esto de que las canciones se escuchan de a una, o se escuchan mezcladas, y como que te olvidás quién es quién. Entonces me interesa mucho esto de tratar de volver a apreciar la música de otra manera. Así que creé un disco que lo podés escuchar de principio a fin y que es medio un choclo. Antes había algo muy especial en el hecho de escuchar música que siento que se perdió, entonces lo quiero devolver. 

Se trata de un disco que invita a volver a las viejas prácticas de consumo, bueno, es horrible decir que de “consumo”, más bien de escucha y de disfrute… 

Igual sí, es un flash y es una discusión mental que tengo seguido esto de que la música se pague. Es un trabajo, yo soy música, pero hay algo que es raro y que no me termina de cerrar. Que uno pague por música, que te paguen por hacer música… Deja de ser algo artístico y pasa a ser algo que se hace por plata, y ahí algo cambia. Al haber plata, se hace música de otra manera. Me gustaría empezar un proyecto paralelo que no se venda y que sea solamente por disfrute, en donde la gente pueda descargar y disfrutar gratis, y yo hacer sin ningún tipo de compromiso de llegar a metas económicas. 

Catnapp se presentará el 19 de febrero a las 20 horas en el Museo Sivorí (Av. Infanta Isabel 555, CABA), la entrada es libre y gratuita. Escuchá Damage en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Apple Music).

 

Newsletter de Beba

Newsletter de Beba