Pilar Dibujito: la identidad argentina en estampillas de colección

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por Martina Dubini
Fotografía por Agostina Almada

¿Existe la autoría en imágenes que se crean de manera colectiva? ¿Qué implica retratar a los ídolos populares? Conversamos con Pilar Dibujito acerca de la reivindicación de estas figuras en sus proyectos Filatelia y Numismática Argentina.

Es diciembre del 2022. Desde el domingo a la tarde, la rutina de Pilar Veiga, conocida en redes como Pilar Dibujito, gira alrededor del Obelisco. Sobre la avenida 9 de Julio, ella salta, grita y transpira la remera que otros hinchas le llenan de espuma. Solo se va cuando sus pies chocan con latas de cervezas vacías y quedan ecos de lo que fueron cantitos de cancha.  

Durante la madrugada, ella diseña la estampilla que tendrá el proceso creativo más rápido de toda su serie, Filatelia Argentina. Sabe qué imagen estará en el centro—Messi dejó sencilla esa elección — pero le falta eso que después llamará “el anclaje de mis ilustraciones”. La solución se la da Santiago Motorizado en el Estadio Obras cuatro días después de que Argentina ganara la Final de la Copa del Mundo. Esa noche, el líder de la banda indie canta: “Sueño con el triunfo de alguien que lo meressi” y así cambia la letra de uno de los temas más representativos de La Síntesis O’konor, el álbum de Él Mató. 

Casi diez días después del gran triunfo nacional, Pilar escribe en su cuenta de X: “Dibujé la estampilla de Messi. Está disponible para descargar gratis y en alta calidad en mi bio. Pirateame, qué me importa si soy campeona del mundo”. La ilustración recibe un millón y medio de visitas, cientos de “gracias” y un “te ganaste el cielo”.

A Pilar le gustan las cosas chiquitas, minúsculas. Algunas las compra en ferias de plazas, como las estatuillas que luego se pierden entre los muebles de su nuevo departamento en Buenos Aires. Otras las lleva en su cuerpo en forma de tatuajes: una rosa en el brazo, una llave en la muñeca. Este interés por el detalle aparece en su trabajo como diseñadora gráfica. En particular en “Filatelia Argentina», un proyecto que desarrolló en paralelo a su recorrido por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU).

“Me gusta el movimiento de las arts and crafts ya que me permite representar a los objetos de uso cotidiano con ornamentos y opulencia. Contrario a la idea de que el diseño se vuelva cada vez más esteril, soy maximalista. Mucha gente busca consumir este tipo de imágenes, más bien complejas, porque invitan a realizar una lectura lenta”, comenta sobre su idea alrededor del diseño. 

Filatelia Argentinamaterializa estos conceptos en ilustraciones de personajes y elementos de la cultura popular y de masas. Las figuras establecen diálogos entre sí y también con le espectadore— a quien, como dice Pilar, “no hay que subestimar». Todos los dibujos  se enmarcan dentro de un género particular: la estampilla. “Una pieza nostálgica que captura una foto de la historia”, explica la artista.

“Lo que me encanta de las estampillas es la técnica de impresión que tienen y cómo cambian a lo largo del tiempo según los distintos eventos sociales y culturales. Mi abuelo y mi viejo coleccionaban pero la mayoría de ellas no tenían mucho valor. Tampoco estuve toda la vida rodeada de eso, aparecieron en un momento y me obsesionaron. Fue un día en que mi novio rescató un mini cuaderno que iba a ser tirado en medio de una mudanza. Decidí guardarlo y escanear las estampillas que estaban ahí. Hoy tengo varios libros, una suerte de biblia disponible”, detalla Pilar sobre su inmersión en el universo de los sellos postales. 

En Argentina el primero fue emitido por la provincia de Corrientes en el año 1856. En él aparecía Ceres, una diosa de la mitología romana vinculada a la agricultura, con una sonrisa y laureles en el pelo. Más de 160 años después, una chica de La Plata elige retratar otro tipo de dioses. Entre los elegidos, hay uno que está acompañado de un camión Scania celeste, una Ferrari negra y la pelota “azteca” utilizada en el Mundial de México ‘86. Se trata de un dios que, como explicó el escritor e investigador Pablo Alabarces, instaura “una mitología del humilde, no del panteón”.

“El foco de la ilustración de Diego tiene que ver con aquello que para mí representa la identidad argentina, es decir, las figuras de los ángeles y los demonios”, dice Pilar y luego añade: “Él era una persona con unas luces increíbles y también unas sombras muy oscuras. Haciendo el dibujo me di cuenta de que ese era el eje del proyecto: íconos que tuvieron la fama y el amor popular, pero también vidas complejas, largas, y muy controversiales”

¿Cómo se captura la esencia de alguien que escapa a las etiquetas simples? ¿A partir de qué criterio se seleccionan las imágenes de un ser humano que para muchos resulta casi infinito? Para Pilar la respuesta requiere de una acción en grupo.

—Cuando elijo hacer una estampilla de algún ídolo, como Maradona, miro películas, leo artículos y busco las imágenes que ya se produjeron. Me quedo abierta a la construcción de ese universo durante varios meses. Hay algo medio voyeur en buscar las aristas que me parezcan interesantes para retratar a una persona. Pero tampoco es un proceso que proviene 100 por ciento de mí. Converso bastante sobre el tema con las personas que me rodean. Creo que mi trabajo consiste en preguntarme acerca de la representación colectiva que hay sobre ese individuo. En algún momento de esa investigación, me cae toda la data y aparece una relación más pasional con el dibujo, en la que estoy durante muchas horas en un estado de descarga total. Ni ahí es algo cotidiano, son raptos de esa energía.

Otro dios mundano que aparece en «Filatelia Argentina” es Charly García. Pero no cualquiera. “Es un Charly que no está en pose y eso le permite hacer la acción más cotidiana del mundo como es prender un pucho», comenta Pilar.  “También aparece una mano que prende el cigarrillo. Un “otro” que no se sabe quién es, y que por esa razón, podría ser cualquier persona. Y además está su mirada, así de perfil, como mirando hacia adelante, a lo que está por venir”, señala.

Ese mismo perfil de Charly apareció en noviembre de 1982 en la portada del “Expreso Imaginario”, revista cultural que circuló durante la última dictadura cívico-militar. Para Pipo Lernoud, su fundador, las tapas del Expreso eran “una marca indeleble de la revista, y un toque de color y locura en los kioscos monocromos y censurados del Proceso”.

Bajo esta estética, se desarrolló un espacio que contuvo al rock como refugio de la libertad y la rebeldía. Un concepto vital para el cantante quien también confesaba que “la forma de vida de rock es algo desgastante”.

“Te gasta pero para mí es imprescindible. Estando en el paraíso, si no hay una guitarra eléctrica o alguien tocando rock, no podría sobrevivir”, decía Charly. 

Pilar descubre algo de esto mientras escucha por primera vez Raros Peinados Nuevos del ya legendario Piano Bar. Tiene ocho años. Está dentro de su habitación en la casa de sus padres en La Plata. Mira el disco, que no para de dar vueltas, y se pregunta: “¿Cómo se emite este sonido tan increíble?”. 15 años después todavía no tiene la respuesta. Capaz por eso sigue escuchando ese álbum, y otros como Yendo de la cama al living y Clics modernos, pero ahora en el estudio gráfico que montó en la zona de Tribunales. Con Charly en el parlante y rodeada de stickers, prints y remeras con sus ilustraciones, Pilar creó su nueva serie, “Numismática Argentina”.

“Quería exacerbar esta idea de los ángeles y los demonios y elegí tres personajes que representan eso muy bien: Juana Azurduy, René Favaloro, y Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Héroes con los que siento que tenemos una deuda”, expresa.

Pero las deudas se pagan y Pilar encontró la forma de reunir los elementos presentes en Filatelia y explotarlos en una serie de billetes de 1000, 2000 y 5000 pesos. 

—Trabajé en el proyecto durante muchos meses, y en el transcurso volvió a ganar fuerza el discurso de la dolarización junto con la idea de que el peso argentino no serviría para nada. No quiero caer en una visión super romántica, pero tener una moneda nacional es tener soberanía económica. Además, como dijo Dillom, dolarizar es ‘muy de culorroto y domado por los yankees’.

Ella diseñó el billete de 5000 pesos mientras en su cabeza se repetía una y otra vez Inconsciente colectivo y su: “Mamá, la libertad siempre la llevarás dentro del corazón”. Ese verso parecía el indicado para acompañar la ilustración de Madres y Abuelas  de Plaza de Mayo, y fue esa versión la que entregó en el acto de conmemoración a los 40 años de democracia en la Legislatura porteña. “Fue un honor participar de ese momento en el que estuvieron hijes de desaparecides y veteranos de Malvinas, además de las Abuelas y las Madres. No me imaginé que mi trabajo pudiera llegar a esa escala institucional”, cuenta. 

Pero la letra de Inconsciente colectivo tuvo que dejar espacio al poema Por qué cantamos del uruguayo Mario Benedetti, que fue interpretado por artistas como Nacha Guevara y Juan Carlos Baglietto. Pilar cuenta que “las abuelas pidieron cantar eso como cierre del acto”.

Cuando la ceremonia terminó, volvió a su casa y decidió cambiar la canción de la ilustración. “Me pareció que tenía todo el sentido del mundo”, señala.

Ahora en el billete se lee: “Cantamos porque llueve sobre el surco y somos militantes de la vida, y porque no podemos ni queremos, que la canción se haga ceniza”.

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