Sara Hebe: una sucia estrella que nos inspira

tapa Sara

Por Lucía Andrea
Fotografes: @gonresti, @dam.hache, @gno.aura y Radio Cantilo

¿Qué cambió desde La Hija del Loco a SUCIA ESTRELLA? ¿Por qué me tiene atrapada su propuesta musical? Esta nota es un relato que mezcla información, ideas, recuerdos y valoraciones personales sobre la carrera musical de Sara Hebe.

“Estar con mis dos amigas Flor y Lu haciendo shows, intentando juntar gente”, cuenta en su entrevista en Caja Negra, cuando le preguntan por el momento que la convierte en la Sara que es hoy. Inmediatamente pienso que deberíamos valorar más el goce y la diversión cuando necesitamos tomar decisiones personales. 

Cuenta que, en sus primeros años viviendo en Capital Federal, la ciudad le quedaba grande y entenderla no le resultaba fácil. Pienso que, en definitiva, eso nos pasa a todas las personas que venimos de pueblos o ciudades mucho más chicas que esta ciudad, aunque lo maravilloso es que por más que nos parezca tediosa, nos disponemos a intentarlo porque tenemos objetivos académicos, laborales, artísticos, sumados a ganas de descubrir nuevas formas de ser y/o relacionarnos. 

Sin embargo no hay dudas de que ahora la entiende muy bien, por eso este sábado 28 de mayo junta a su banda y al público en el mítico Teatro Flores para presentar SUCIA ESTRELLA (2022), su quinto disco con 14 tracks increíbles en los que encontramos colaboraciones con Ana Tijoux, The Colorated, Juliana Gattas, Sassyggirl y Rattlesnakke.

Un repaso por su discografía

A Sara le sigo la carrera desde hace varios años. En 2014 escuché por primera vez La Hija del Loco (2009) y como varies, quedé fascinada con “Historika”. ¿Quién va a detenerte, la muerte, la edad o la idea? (…) De tan histérica, histórica. Antes que histérica, histórica. Es uno de los temas que nos acompaña desde las primeras movilizaciones del #NiUnaMenos, así como canciones de Miss Bolivia, Kumbia Queers y Victoria Villanueva, entre otres. Todavía aparecen pintadas o carteles en marchas feministas de América Latina que invocan la poética revolucionaria que supo sembrarnos esta canción. 

Fue el primer disco de hip-hop que me invitó a incursionar en un género históricamente

representado por las masculinidades y sus discursivas. Si para nosotres todavía es difícil encontrar o tener representación en industrias o espacios de poder, imagino que hacerse lugar hace 13 años no debe haber sido sencillo. 

El hit de su segundo disco, Puentera (2012), es “Asado de faso”. Una cumbia-rap que cuenta el problema habitacional y la resistencia de les vecines del edificio de Gascón 123 al desalojo por parte del Gobierno de la Ciudad. Supe construir un lugar donde vivir. Así que nadie me va a convencer de que me tengo que ir. No me voy a ir, esta es mi casa. Este álbum grita calle y el rap estructural se mezcla con una infinidad de ritmos que van desde el reggae a la cumbia y del dancehall al drum’n’bass, por nombrar algunos. 

Un suceso que cultivó mi lealtad es cuando descubrí que “Kevin”, una canción poco conocida de Colectivo Vacío (2015), habla sobre el caso de Kevin Banega, un pibito de 9 años que vivía en Zabaleta y fue asesinado luego de que las fuerzas de “seguridad” liberaran la zona para un enfrentamiento entre bandas narco. Les vecines denunciaron la balacera, pero la desidia y la impunidad se hicieron carne en la bala que atravesó la casa del menor. La plaza es de Kevin porque lo mataron? Si nadie es responsable de quién es el disparo? No hay ningún detenido de todos los imputados. Narcos y políticos todos entongados. Este caso lo viví de cerca porque en esos años participaba dando clases de apoyo popular en la organización política que visibilizó y lloró la muerte de Kevin. Además de la fuerte impronta política y rockera, el disco juega con el punk electrónico, la cumbia y el tamborazo carioca, lo que sin dudas la termina consolidando como referenta del rap


En su anteúltimo disco
Politicalpari (2019), comenzamos a escuchar a una Sara que ya no da tantas vueltas para hablar sobre ella, sus anécdotas, sus historias de amor o su vínculo con la noche. Es fiesta y organización con melodías de reggeaton, cumbia, trap, dancehall, punk rock y la poesía punzante de siempre. Me di cuenta que de los 12 temas que componen el disco, lanzó videoclips para 8. Hacer esto es costosísimo, lleva mucho tiempo y trabajo. En ese sentido, valoro su ambición artística por invertir y expresarse con todos los recursos aún siendo autogestiva.

“A.C.A.B.”, el ft. con Sasha Sathya, es el sexto tema del disco y creo que es la canción argentina que mejor critica el discurso neoliberal y las injusticias que vivimos durante el gobierno de Mauricio Macri. En el videoclip participan trabajadoras sexuales de Constitución, trabajadores de Rappi y el grupo «Las Estatuas».

“Lacrimógena batalla
piedrazos a los cascos
primero me me da pena,
después me da asco, ¡qué asco!
le llenamos la plaza
bajamos en pasco, limón y agua
en contra de este fiasco
Oh, qué placer,
ver a las fuerzas superiores retroceder
¡Retroceder!
avanzar siendo millones
fuertes como un bloque
en un grito colectivo
contra sus escuadrones”

Esta parte refleja históricamente a las movilizaciones populares de diciembre de 2017 contra la Reforma Previsional. Fuimos muches les que estuvimos en esa plaza denunciando el robo a les jubilades y aguantando la represión que gatilló la Gendarmería. Sé que escuchar este tema en 20 años me va a transportar en el tiempo.

Cuando lanzó el videoclip, varias activistas antirracistas denunciaron que el uso de trenzas era un acto de apropiación cultural. Sara al principio no lo tomó bien, pero luego se disculpó y reflexionó sobre el tema. No es grato ni sencillo que te bardeen públicamente por una intención o mensaje que no querías dar.

Yo también me hice las trenzas y tuve actitudes racistas! Lo siento! Ningúnx blanco está a salvo de tenerlas x que nuestra subjetividad está atravesada por el racismo el genocidio a la comunidad afro y las violaciones a las mujeres afrodescendientes. Este artículo está bueno https://t.co/U5WcXjtq7x

— Sara Hebe (@sarahebeok) June 25, 2019

Nunca me voy a olvidar de su show en el Estadio Atenas de La Plata. Mucho vino y pibas en tetas, mi amiga Vale chapando con desconocides en medio del pogo, Sara agitando y saltando a niveles insólitos, tirándose sobre el público, las visuales y el cuerpo de baile chorreaba fiesta, el reclamo por la aparición con vida de Johana Ramallo, las compañeras indígenas con el micrófono sobre el escenario.

Al mes se llevaría a cabo el 34º ENM en La Plata y venía muy fuerte la consigna para cambiar el nombre del encuentro con el fin de reconocer las distintas identidades sexogenéricas y territoriales que lo conformábamos. 

Fue el primer disco de Sara que escuché en loop yendo al trabajo y por ende, me aprendí todas las canciones.

Sumergite en el arte

La mejor forma de entender a un artista es a través de sus letras, ahí está la data que quieren bajarnos. Ideas sobre el mundo, la política, los vínculos, los sentimientos, un poco también sobre el ambiente musical y sus desafíos, situaciones particulares que tal vez tuvieron exposición pública, etc. Si hacés zoom en la escucha, te vas a encontrar con su alma.

Es muy común que cuando les artistas prueban géneros o estilos nuevos, al público, inicialmente le cueste asimilarlo. Pero sepan que quienes buscan complacer y hacer perdurar la aprobación externa por sobre la búsqueda interna, además de ser comerciantes musicales… tienen los días contados.

La industria musical argentina está fuerte, eso lo sabemos. Tenemos un montón de propuestas para ir a escuchar. También está pasando que algunes cantantes no tienen banda fija y sus musiques van rotando de acuerdo a las decisiones que toman quienes manejan sus carreras musicales. No estoy insinuando que necesariamente esto sea algo malo. Entiendo que siempre se quiere subir la calidad de los shows y que cumplir con las exigencias de públicos muy masivos no es tarea fácil, pero no puedo ignorar la hostilidad y crueldad que abunda en algunos lugares.

Es en este contexto que la propuesta de Sara de cambiar esa lógica de descarte, de construir y sostener una banda a lo largo de los años, me deja reflexionando. 

Monto mi crew para el show. Acá somos jefas y nadie es patrón, canta en “Kenny Bell”, el segundo tema del nuevo disco. 

Su banda está conformada por Edu Morote en batería, Lali Bass en bajo, Aicu Hojman en guitarra y Arie Gaffet en coros. También la acompañan en escena un grupo de bailarines que va rotando según el show. 

Además de los beats de su histórico productor Ramiro Jota, para este disco convoca a varios productores y además del rap, hip-hop y punk de siempre, se anima al trap y al pop fusionados con otros estilos como el house, techno y dancehall. Las convicciones políticas y la potencia de su rap se mezclan con una estética rosa y brillante, pero en el fondo oscura, con el fin de hacer música sobre situaciones que vivimos todos los días.


Mi top 5 de Sucia Estrella:

  1. “Almacén de Datos” ft. Ana Tijoux
  2. “Refix”
  3. “Puras Wachas”
  4. “Cheto Mal”
  5. “Dale” ft. Sassyggirl

A principios del 2020 la artista anunció un show en el Teatro Flores, pero comenzó la pandemia y ya todes conocemos la historia. Lo bueno es que Sara cumple y queda un día para el próximo gran evento antes de irse de gira por Europa. Con mi grupo estamos comprometidas en ir lo más sucias estrellas que nos permita la imaginación.


¿Sus cualidades que más valoro? La versatilidad y creatividad para navegar por distintos géneros musicales, y la honestidad y el coraje para plantarse y describir artísticamente los problemas que le atraviesan en lo personal y en lo colectivo. Pero lo que más me atrapa es volverme parte de una fiesta de cuerpos que saltan y vibran música en susshows. Algo que solo puede darnos una
obrera de la fiesta. Nos vemos y nos bailamos este sábado en Flores.  

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