Por Belén Mingrone
Fotografía por Guada Feijoo
Un recorrido mano a mano por la historia de la productora y DJ argentina que abrió paso a las chicas en la escena electrónica y hoy ya es referente indiscutida. Hablamos sobre Máquina Latina, su más reciente proyecto, su trayectoria y las influencias que la llevaron a ser la artista que es hoy.
La historia de la escena electrónica nacional es relativamente joven. En los 90, cuando el rock y el pop eran los géneros más populares, la música electrónica empezó a ganar terreno en el underground nacional en lugares como El Dorado, El Cielo y Pacha, hasta la llegada en 2001 de Creamfields, marcando el comienzó de los eventos masivos comerciales de música electrónica en el país y convirtiendo al género en una parte integral de la industria del entretenimiento argentino. Sin embargo, con el tiempo, la percepción sobre el género cambió y la escena se volvió nuevamente algo de pocos.
Fue durante la pandemia que muches artistas, que venían trabajando su sonido desde hace años y cultivando carreras prometedoras, fueron descubiertos por una nueva camada de jóvenes que encontraron en aquella música una compañía. Entre la infinita cantidad de opciones que las redes sociales ofrecen constantemente, un set hogareño subido a la cuenta de YouTube del sello discográfico Detroit Classic Gallery, full de vinilos y grabado desde la cama, llamó la atención de muches que vendrían en busca de más.
La carrera de Sol Ortega no comenzó con aquel set y mucho menos en la pandemia. Su vida estuvo siempre llena de música y quién mejor que ella para contarnos su historia, cómo fue desenvolverse y formar su carrera desde chica en una escena dominada por hombres, y todas aquellas anécdotas e historias que la hicieron convertirse en la DJ que es hoy en día.
¿Cómo fue crecer en una casa muy vinculada a lo artístico, con tu papá que trabajaba en Relaciones Públicas en un boliche y tu tío que es DJ? ¿Cómo influyeron en tu camino como artista?
Bueno, mi papá influyó bastante. La música es lo que más le gusta y, desde chica, siempre tuvimos como dinámica conocer música todo el tiempo. Él me recomendaba artistas o me ponía un video y me decía: «Bueno, ¿qué es esto?» y me hacía adivinar, o escuchar algo y decirle al artista. Todo el tiempo estaba ese juego con la música. Y eso también me dio mis primeros discos. Después mi tío me dio muchos de sus conocimientos sobre la técnica, el vinilo. Así que creo que me influenciaron en todo.
¿Y cómo fuiste encontrando tu camino hasta llegar a ser vos la que está detrás de los decks?
Fue un poco jugando. Mi papá me regaló un controlador chiquitito cuando tenía 14 años, y me acuerdo jugar todo el tiempo a mezclar canciones diferentes. Yo en realidad lo que quería era hacer música pero me parecía muy divertido entender el mundo de los DJs.
En ese momento en el que me empiezo a involucrar más en la música electrónica, que fue a través de Daft Punk y Kraftwerk que era la que a mi papá más le gustaba, empiezo a meterme en un mundo en el que voy conociendo personas, me voy vinculando con diferentes ambientes y afinando mi gusto musical.
Mis amigos fueron también una gran influencia. Ellos me hicieron conocer toda una movida que me flasheaba y no conocía, como lo era el minimal techno. Fui metiéndome y, después de un par de años decidí empezar a estudiar para entenderlo más, sin intención de dedicarme a esto.
¿Hay algune artista que hayas tenido como referente?
Siempre digo que me dedico a lo que me dedico gracias a Magda. Ella trabajaba con Richie y me gustaba mucho lo que hacían. Aparte de que podía ver a una mujer haciendo eso y desenvolviéndose en una escena que era muy machista, en ese momento. Era una inspiración para mí. También lo fueron Jonas Kopp y Andres Sacco.
¿En qué momento empezaste a encarar el “ser DJ” como una carrera profesional?
En 2016, yo estaba trabajando en un bar. En esa época, empiezo a salir y conozco a quien se encargaba del roster de artistas de UnderClub, y me incluye para ser DJ residente. Las fechas que tenía por mes me las reservaba y pedía que me cubran en el bar. Estuve haciendo las dos cosas por un tiempo hasta que vi que me era rentable dedicarme a la música, renuncié al bar y me metí de lleno. Al principio fue súper complicado pero con el tiempo se fue acomodando.
Tu llegada a UnderClub fue medio un evento canónico random, ¿no?
Me habían contratado para una fecha en un barcito por Palermo, cerca de UnderClub. Me acuerdo que había ido mi mamá y mi papá, todos re emocionados porque era una de mis primeras fechas fuera de Montegrande, que es donde yo nací. Y cuando llegamos no había nadie, y eso que tocaba segunda. Después de un tiempo sin que haya movimiento con mi familia nos miramos, lo hablamos, le dije perdón al chico de la fiesta y nos fuimos. Cuando salgo de ahí, voy a UnderClub que tocaba un artista que me re gustaba. Ahí conocí a esta persona que me dijo que estaban buscando mujeres con un sonido techno para incluir al roster de artistas del club y se dió todo super loco.
¿Y cómo fue iniciar tu camino en la escena siendo chica, mujer y también una de las pocas? Si bien hoy la escena es inmensa, hace no muchos años era algo de pocos.
Fue difícil porque estaba muy instaurado esto de que si eras mujer, eras DJ y te iba bien, tenía un poco que ver con tu imagen y cómo vos te veías en la cabina. En lo personal, me costó mucho entender que eso no era así, que yo tenía algo que ofrecer más allá de eso. Y más allá de entenderlo yo, era todo muy complicado, el ponerle un precio a lo que haces o que te valoren. Por suerte, creo que me topé con las personas indicadas que me dieron la confianza para que pueda empezar a crecer sin tirarme tan abajo y sin creer que era imposible. Porque me acuerdo que había muy pocas mujeres en ese momento. Acá en Argentina estaban Romina Cohn, Violett, Lolu Menayed, Victoria Engel. Y afuera también eran muy pocas.
Hasta el día de hoy, hay muchas mujeres que me dicen: «Qué loco que seas mujer y que te hayas podido dedicar a esto». Como que hay algo que nos cuesta naturalmente, creo que en cualquier lugar. También por el público que por algún motivo era un estilo de público masculino.
¿Te encontraste con ciertos desafíos?
Sí. Cuando empecé a subir mi contenido en internet fue una locura, muchos comentarios. Tener que estar todo el tiempo reconfirmándome a mí misma que estaba en el camino correcto, haciendo las cosas bien. No solo comentarios por el hecho de ser mujer, sino también cosas físicas. Se empieza a poner medio pesado internet y para mí esa fue una gran piedra en el camino. Yo tengo un perfil súper bajo, me da vergüenza casi todo. Estar en una cabina frente a personas todavía me da vergüenza. Y tuve que hacer todo un trabajo de confianza en mí misma y mucha terapia, porque empecé a toparme con mis mayores inseguridades.
Y, en estos años de carrera, después de haber compartido cabina con grandes artistas, desde Kevin Saunderson hasta Ellen Allien, ¿hay algún consejo que te haya dado alguno de ellos que te haya acompañado?
Con los chicos de Fjaak hablé bastante y llegué a generar un vínculo fuera de lo laboral, por así decirlo. Ellos me hablaron mucho sobre la confianza, darte valor por vos mismo, que cuando te das valor a vos mismo eso se refleja y la gente empieza a valorar más lo que haces.
Después de cuatro años de residencia en el club llega en 2018 Boiler Room donde le entregás la cabina a Richie Hawtin. ¿Cómo te llegó la propuesta?
Me llegó muy random la propuesta y al principio, te juro que no me la creí. Un día entré de casualidad a Facebook y vi que, supuestamente, me estaba escribiendo uno de los anfitriones de Boiler, invitándome al evento en Buenos Aires junto a Richie Hawtin. Después me enteré que me tuvieron en cuenta por recomendación de una colega de Colombia, Juliana, y su colectivo de mujeres que estaban buscando artistas argentinas, pero al principio pensé que no era real.
Ese Boiler después explota en Internet. ¿Por qué sentís que fue un boom tan grande?
Para mí, el Boiler explotó mucho porque en realidad fue una lluvia de críticas tremenda y eso lo llevó a tener tantas reproducciones. No solo compartía la fecha con Richie, sino que toqué justo antes que él. Había mucha gente, no me conocían, era la novedad y había mucha competencia todo el tiempo. Justo antes que Richie le deberían dar el espacio a alguien que realmente se lo merezca y querían ver qué hacía. Hubo un momento en el que lo sufrí pero también me abrió un millón de puertas.
Y ahora, 6 años después de tu fecha con Richie, tuviste tu revancha en Boiler Room Chile. ¿Cómo fue esa experiencia?
Increíble. La gente de Chile me recibió con bocha de amor. Llegué a la cabina y la gente estaba esperándome con sus celulares, me pedían fotos, no me había pasado nunca algo igual. Estuvo muy divertido todo el set. Yo estaba muy nerviosa. Hay videos míos en el backstage casi muriéndome. Muy, muy nerviosa. Pero fue muy bien.
Y les cuento algo que no se si lo van a poder ver pero, diez minutos antes de cortar el set, se cae una persona arriba de los cables de la cabina y me cortó todo. Quedamos en silencio. No sabía qué hacer, si avisar o no y de repente se ponen a conectar todo. Yo tratando de agitar a la gente para que la gente no baje. Por suerte se coparon todos y empezamos a cantar canciones de cancha hasta que volvió la música.
Hay una pregunta que surge cuando cualquiera ve un Boiler Room y es ¿cómo funciona todo estando el público tan cerca de la cabina? ¿Se siente la presión de toda la gente alrededor?
Sí, se siente mucho. Eso es lo que tiene de bueno. Es una adrenalina. Es una hora que estás ahí full adrenalina con la gente alrededor viendo todo lo que hacés. Puede pasar cualquier cosa. Para mí era mi revancha y me re frustré. Pero después es Boiler y estas cosas pasan todo el tiempo, me lo decían ellos.
¿Notás un cambio en la escena después de la pandemia?
Definitivamente. No solo la escena creció sino que cambió y creo que tiene que ver mucho con Internet y las generaciones que conocieron la música electrónica a través de él o por TikTok. Cambió el estilo, lo que la gente consume, la gente que va, las edades. Nos obligó a estar conectados y sirvió para que alguien de Japón vea algo que hiciste desde tu casa en Argentina, por ejemplo.
¿Cómo te llevas con las redes?
Estoy aprendiendo a manejarlas. Siempre fui muy tímida y muy perfil bajo, de hecho no soy una persona a la que le gusta subir muchas fotos de sí misma y tuve que aprender a jugar un juego. Antes, cuando empecé con esto, se promocionaba de otra manera. Era mucho Facebook. De hecho, cuanto más te producían, más te mostrabas, peor visto estabas y peor DJ eras. Era una estupidez, pero pasaba. Ahora hay mucha gente nueva, influencers, que te hacen jugar otro juego que está buenísimo pero a veces me cuesta. Hay que ser constante, intentar que no se vea forzado, encontrar la dinámica para llegar a la gente a mi manera, un gran desafío que sigo teniendo.
¿Y cómo te manejas con la vida de DJ? ¿Con los hoteles, con los viajes, con la exposición?
Entender que hay mucha gente que banca lo que hago y confiar en lo que estoy haciendo hizo que el problema con la exposición se calme bastante. Después está esta parte fea del trabajo que es estar mucho tiempo solo. Me cuesta un poco, más que nada, el momento previo a tocar, todo el nerviosismo y la ansiedad. Trato de resolverlo llamando amigos, estando en contacto, pero me cuesta. Y mismo lo de no dormir. Yo siempre digo que mi meta es tocar de día en el futuro. Porque pasa que tenes fechas seguidas, estás días sin dormir bien y sentís que no rendís al cien. Es irónico porque trabajo de noche pero soy una persona muy de la mañana. Me siento más fresca y más creativa. Hay algo de eso que me gustaría generar en el futuro. Acá no hay muchos eventos de este género que sean por la tarde.
Una Máquina Latina a la tarde…
Si! una Máquina Latina a la tarde. Experimentar ese cambio de salir temprano de una fiesta que estuvo igual de increíble que si hubiera empezado horas después.
Y, hablando de Máquina Latina. ¿Cómo surge este proyecto?
En principio, surge con la idea de que sea un sello discográfico que le dé más visibilidad a los artistas latinos de música electrónica. Creemos que la escena está creciendo mucho y están pasando cosas super interesantes y que no se están viendo tanto afuera, así que ¿por qué no llevar un poco de lo que pasa acá a que se conozca allá y viceversa? Para mí es conectar un poco esos mundos, las escenas y también plantear un espacio con un criterio más propio.
Hace poco fue la segunda fecha de Máquina Latina con un line up lleno de mujeres. ¿Cómo fue la preparación?
La idea original era una fecha junto a una artista internacional que tuvo que reconfigurar su tour y no iba a poder ser parte, así que queríamos ir con otra apuesta igual de fuerte. Y como la línea venía con mujeres, mi idea era mantener eso. La idea fue hacer dos back to backs, Valentina Spirito B2B Tinkerhell y Milena Adamis B2B yo, pero que nos vayamos mezclando durante la noche. Que vayan subiendo unas y bajando otras. Y como la búsqueda musical de cada una es diferente, me interesaba ver que onda esa fusión de todos los estilos.
Y con todo este camino recorrido, ¿cómo ves la escena de la música electrónica actual y el rol de las mujeres?
Como escena, nos veo creciendo aún más. De hecho, hay muchos artistas por fuera de la música electrónica que se quieren involucrar y esto es por algo. En Europa siempre fue una escena fuerte, en Estados Unidos también pero en Latinoamérica era un estilo que la gente no consumía o muy de nicho. También había mucho prejuicio alrededor de la música electrónica y creo que ahora se está empezando a romper con todos los eventos diferentes que van surgiendo y que hay mucha gente nueva.
Y con respecto al rol de las mujeres, ya está, se ven más mujeres que hombres hoy en día y a mí me encanta. Hay cierta sensibilidad en lo que hacen las mujeres que no veo en otros proyectos. Me pone contenta haber sido parte de esa transición, de haber sido parte de un ambiente que estaba bastante cerrado a las mujeres, y que ahora esté pasando esto, que tengo mil colegas amigas, que hacen lo mismo que yo. Es una locura cómo creció todo.
¿Hay alguna chica que tengas en el radar, que quizás no sea conocida pero que veas que la está rompiendo?
Si! Valence (@valence_ofc) que me parece muy interesante lo que hace. Hace house y vinilos. Victoria Arena, también. Ludmila Di Pasquale.
¿Qué consejo le darías a esa chica que está arrancando?
Yo creo que hoy en día, mi consejo sería muy diferente a años atrás. Le daría el mismo consejo que le daría a un chico: confiá en lo que hacer y mandale por ahí que siempre va a haber gente que banque, que le guste y a la que llegues. Y, por mucho que a veces nos cuente todo, la resiliencia hace la diferencia. Así que eso, confiar.