Tomemos el cine

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Por Ayelén Cisneros

El debate feminista pisa fuerte en el Festival de Cine de Mar del Plata. 

Según Mujeres Audiovisuales Argentina, la mitad de les estudiantes de medios audiovisuales en nuestro país son mujeres, sin embargo, en la industria, 1 de 4 profesionales lo son. La desigualdad fue la clave del debate del 2° Foro de Cine y Perspectiva de Género, una de las actividades que abrió el 34° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. La cita transcurrió el domingo en el Tronador Concert y la convocatoria fue intergeneracional.

La actual directora artística del festival, Cecilia Barrionuevo, inauguró esta segunda edición del foro e  instó al cuestionamiento como parte de la mirada de género. Las expositoras fueron la cineasta norteamericana Nina Menkes, la directora argentina Albertina Carri, la socióloga Eleonor Faur, la actriz brasileña Carol Duarte, la periodista Catalina Dlugi y la actriz trans Romina Escobar. El panel lo moderó Analía Barrionuevo, coordinadora del Programa de Género de la Secretaría de Extensión Universitaria de la UNC.

Manifiesto ladilla

Albertina Carri, directora de películas como Los rubios, La rabia, Cuatreros y Las hijas del fuego, comenzó con las exposiciones y fue al hueso con una provocación: “Supongo que fui invitada a este foro no por mujer, mucho menos por cineasta. Tampoco por lesbiana y, menos aún, por latinoamericana o por pornógrafa. O tal vez todas esas categorías resonaron en las programadoras del foro a la hora de convocarme y por eso estoy aquí. Sin embargo luego de pensar mucho sobre por qué me invitan a mí, lo primero que pensé, luego de descartar todas esas identidades, fue: «me convocan porque pago las cuentas». Es decir porque soy una persona que crea imágenes y relatos siempre al borde de lo digerible y que, sin embargo, sigue siendo parte de esta trama capitalista y patriarcal en la que vivimos. Pago las cuentas.”

Formar parte del sistema pero habitarlo con una ética feminista, de eso trató el texto que leyó Carri. Nombró un insecto como imagen del rol de les cineastas disidentes de la norma: “Mi propuesta es  ser parte de este medio como ladilla, ser un Pthirus pubis, ese insecto incómodo que se nutre del vello púbico y que, casi siempre, su presencia y su existencia está relacionada a lo adúltero, a la trampa, a los bajos fondos, a lo soez, a lo vulgar, a la escoria, al desorden, y también por sobre todas las cosas, y si retiramos todas esas condenas morales con las que carga este insecto que vino a corromper la moral de la familia (decente, blanca, y mononormática), al deseo.” La ladilla, para Carri, corrompe y cuestiona al patriarcado y a la heterosexualidad impuesta: “Es una exhibicionista de las imágenes que el capital invisibiliza para seguir domesticándonos”. El cine como productor de sentidos funcionales al sistema, según la directora de Las hijas del fuego “castra nuestro deseo”.

¿Qué es ser una ladilla en la producción de textos audiovisuales? Para Carri es una propuesta: “Podemos hacer el cine que querramos porque una de las potencias más unívocas que tiene este lenguaje es su apertura y su capacidad de mutación. Pero hagamos el cine que hagamos las invito a ser cineastas ladillas. Seamos con nuestras cámaras esos parásitos antibíblicos que exhiben todo el terror anal y moral con el que el capitalismo intenta educarnos productives y autómatas, higiénicas y en silencio.”

Sobre las desigualdades

Carol Duarte, la actriz protagonista de La vida invisible habló de números. La mayoría de las películas son filmadas por varones y eso impacta en la construcción de narrativas: “El 17% de las películas europeas entre 2013 y 2017 fue dirigida por mujeres. Los personajes femeninos en general tienden a tener menos líneas de diálogo y más imágenes de sus cuerpos, las mujeres tienen hasta tres veces más posibilidades de ser mostradas sin ropa en una película o desnudas o semidesnudas”. Sobre los cuerpos desnudos agregó que un estudio mostró que  de 100 películas más taquilleras, las mujeres jóvenes tienden a estar desnudas o semidesnudas en algún momento de la película mucho más que las mujeres de mediana edad o más avanzada. Y sumó la perspectiva de interseccionalidad advirtiendo que en este mismo foro no hay mujeres negras. Destacó su ausencia en las películas: “En Brasil, por ejemplo,en las películas más taquilleras entre 2012 y 2014 no hubo ninguna protagonista mujer negra. Estos son datos de la Universidad de Río. También en Brasil, las mujeres negras en las películas ocupan solamente un 5% de los papeles.” Cerró con una frase contundente: “Cada vez que veo el nombre de algún director de cine desconfío de que allí atrás también hay mucha violencia.”

En este mismo sentido, la socióloga Eleonor Faur destacó la división sexual del deseo en el cine, donde las mujeres son “objeto” de las miradas y los deseos de los varones. Mujeres sin rol activo. También habló de una división sexual del trabajo: “sobre todo de los cuidados todavía seguimos teniendo una deuda importantísima en nuestra sociedad”. Y por último habló de una división sexual del conocimiento: “Yo me he educado, mi historia sentimental y de género, a través del cine. Ha sido ver profesores maravillosos, talentosisimos, inspirados, y una chica que se enamoraba románticamente de ese ser idealizado porque ¿qué más podía querer una estudiante que ser deseada para seguir por ese señor tan increíble?”.

La periodista Catalina Dlugi hizo un recorrido de mujeres pioneras en el cine: Emilia Saleni, Vlasta Lah, Tita Merello, Zully Moreno, Coca Sarli, Ana María Lynch, Libertad Lamarque, Mirtha Legrand, Graciela Borges, entre otras.  Sobre la desigualdad dijo: “Hay toda una discusión sobre el cine tiene que ser femenino o no casi, la mayoría coincide en que el cine tiene que ser bueno”. Y lo matizó: “Lo que ocurrió y lo que ocurre es que la mujer no solamente ser luchar por ocupar un lugar sino que tienen la exigencia de ser excepcionales. El hombre puede ser malo, regular más, o menos, bueno, muy bueno. Las mujeres tienen que ser excepcionales para llegar a romper el cerco.” Sumó otra pata de la industria de cine, la crítica: “No hay mujeres críticas de cine o editoras. Hay medios como Clarín o Página 12 en los que no hay críticas de cine, no estamos”. Además, nombró un estudio que explicaba que la falta de crítica de mujeres “afecta a la visibilidad de películas dirigidas por mujeres”.

Romina Escobar, protagonista de Breve historia del planeta verde, habló desde su perspectiva como actriz y mujer trans. “Yo mucho tiempo sentí que no tenía derecho a nada. ¿Hay alguna persona trans acá? El silencio tomó la sala. Contó su primera experiencia en cine, actuando de prostituta y de la importancia de contar otras historias, como en Breve historia…: “A todos nos pasa lo mismo, todos nos enamoramos, sufrimos, lloramos, nos separamos. Nos pasan cosas. Y romper con esto de la chica trans prostituta”. Y agregó sobre el encasillamiento: “Me gustaría que los directores, guionistas, productores hicieran esto con nosotras, ¿si hay actores y actrices que interpretan a personas trans por que es una persona trans no puede interpretar a una mujer cis, común? Para mí sería un gran logro poder interpretar a una madre.”

Nina Menkes es directora y el festival en esta edición hace una retrospectiva sobre su obra. Ella también es docente y aplica el feminismo en sus clases. Desde un análisis técnico, Menkes estudia cómo se representa a la  mujer en el cine. Mostró un video que utiliza con sus alumnes para pensar cómo el cuerpo de mujer se vuelve un objeto en el cine, sobre todo a través de la fragmentación. Según Menkes, en las películas, hechas por varones, pero también por mujeres, estas se muestran en cámara lenta como una forma de enfatizar ciertas partes de su cuerpo. En cuanto a la iluminación, los hombres siempre se ven más 3D, las mujeres en cambio siempre una iluminación más chata, en 2D y un tanto fantasiosa. Enfatizó el rol de las mujeres que hacen cine y las llamó a cambiar este paradigma: “Lo llamo lavado de cerebro, las mujeres tenemos que trabajar con mucho ahínco para salir de ese lavado de cerebro”.

Hacia el final del foro se abrió el micrófono para preguntas y aportes. Tomaron la palabra representantes de distintas colectivas del mundo audiovisual. La organización de las mujeres no para de crecer. Técnicas, actrices, directoras, algunas del interior del país. Se destacó la lucha de la Colectiva de Técnicas de Cine y Publicidad para conseguir un fondo de maternidad que ayude a las trabajadoras ante la falta de contratación durante el embarazo y los primeros meses de maternidad. Lograron junto al SICA (Sindicato de la Industria Audiovisual Argentina) el 0.5% de aumento de los aportes patronales de largometrajes para nutrir este fondo. El avance de los feminismos es irreversible, en el cine también.

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